
Primero fue la cama, cada cual en la suya, arriba y abajo, ellos y nosotros. Y luego, separados. Primero fue la cama, mucho tiempo después del colchón que iba y venía del salón a la única habitación de la casa vieja. Humedad por las paredes después de las tormentas, precariedad y temblores, sacudidas de las ventanas…Vulnerabilidad e inestabilidad a lo largo y ancho de los renglones. Escalones, gritos, lamentos y también adaptación: capaces de superarnos!, y mejorarnos in extremis, sufriendo. Aprendimos a vibrar al unísono sin agotarnos, respiramos a la vez y alcanzamos un tiempo que nos pertenece para la creación. Así nomás. Empapados de nuestros sueños, por los rincones nos encontramos para hacer el amor… Tan beautiful.
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