Desde la cueva

Llegamos a esta cueva

un poco huyendo, un poco del peligro

un poco por miedo y con miedo, nos encerramos.

Una cueva distinta a otras en el pasado

un poco más libre

y un poco también auto-impuesta

encontramos un hábitat donde mejorar

lejos de la guerra, internamente.

Un lugar seguro, pequeño

aburrido, sin demasiadas comodidades

ni distracciones.

Nos detiene, ahora.

Y porque lo hemos encontrado

y porque estamos a salvo

y también por el camino que hemos recorrido

damos las gracias. Profundamente

y en silencio.

La excitación del movimiento, el caminar

lo embriagador de los paisajes, los caminos

el gozo en la aventura: el reto.

El contacto con los bosques, íntimos

las nubes, las flores, los pastos, los ríos

íntimos

son puros anhelos:

Desde la cueva…

extrañando Cape Town y Sudafrica

me llegó la inspiración y reviví.

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