
HOY
está siendo un día jodido
en este #8M día de la mujer trabajadora
no celebramos,
sino que conmemoramos otros muchos días jodidos. No es sólo 1 sino que son infinitos,
todos los días de todos los años, pero a veces se nos olvida.
Precisamente hoy que estoy enferma y no puedo marchar en la manifestación,
ni con mi hermana y sobrina,
ni con mi madre, ni con mis queridas amigas,
ni cuñadas, ni vecinas, ni primas,
ni hortelanas,
ni contigo, Ross.
Hoy es distinto, claro.
HOY estamos juntas, a pesar de las distancias.
Unidas. Exigiendo IGUALDAD.
Me había tomado un diazepan para dormir del tirón
porque como os digo, estoy postrada en la cama con un portátil,
como Frida cuando pintaba pero sin pintar, menuda comparación, pero pensé en ella.
Supuse que también ella (como yo) estamos cabreadas porque no podemos con los dolores musculares sino es gracias a las drogas y aún con todo, no son suficientes para poder salir a la calle a encontrarme con todas vosotras.
Y Gritar.
Pero como Frida pintaba, a pesar de los pesares, fue mi inspiración para que
HOY
me quiera entretener un poco,
mientras todo sucede en las barricadas- prefiero mil veces las barricadas- a escribir este post,
que trata de matar a mi yo jodido,
solitario.
Por lo tanto no fui al trabajo
y lo único que pude alegar fue estar en HUELGA,
para luego discutir con mi madre,
porque «no te puedes poner en huelga»
cuando están por renovarme por tercera vez el contrato temporal
que me une-de esa manera-a mi empresa
y he postulado para un puesto fijo.
«Tenías que haber dicho que estabas enferma; te descuentan menos y quizás,
no tomen tantas represalias»
…
Sin embargo, las dos sabemos que la última vez que me salió un herpes
del estrés
en el nervio ciático,
me echaron en cuanto volví de la baja de una semana…
Por cierto, ¿una paradoja?
Mi madre es una de las mujeres feministas,
hija y heredera de mi abuela, roja y feminista, que irá hoy a la manifestación.
Sólo te puedes poner en huelga si eres fija;
Eso lo saben todas;
yo es que voy a mi bola.
«Los servicios mínimos del Hospital se cubren con las temporeras».
Guau
Si, en pleno siglo XXI,
en esta Europa Occidental de ¿PRIVILEGIOS?, mis cosas no suceden como yo las imagino.
Desde que escuché la cacerolada a pesar del diazepan, en la madrugada,
pasando por delante de las puertas de nuestros barrios madrileños,
como los gallos al despertar…