Pobrecita, con lo que ella fue.
Todo se lo dieron de niña: los mejores colegios, las extraescolares, profesores particulares, viajes… Cómo viajaban y cómo gastaban. Y ahora viven hacinados en una habitación, todos juntos como animales. Como vivíamos antes, cuando las guerras.
Cómo pueden…
Pobrecita, pero aún es jóven. Puede salir de la cueva.
Pronto se nos pasa el arroz para casi todo y ahora que por fin ya es madre…ya no puede correr alocada. Hay que viajar de otra manera, con visados de trabajo, es otro nivel, el de mis hijos: ellos pueden irse a U.S.A y regresar, y tienen áticos en Moncloa.
Pero claro, ellos eligieron bien.
Si al menos ella se hubiera casado con alguien de provecho, con propiedades, con pisos y tierras, beneficiario de herencias por Galicia, o alguien que fuera más que ella…pero prefirió el amor como criterio, y eso no consigue posiciones, ni para ella ni para sus hijos.
La música, eso no sirve para nada, a quién le interesa. Pobrecita. Pobres niños descamisados, van descalzos, desnudos, sin futuro…No podrán soportar a las futuras pensiones. No habrá para todos, pero ellos son españoles.
-¿No crees?’. Tengamos compasión por ella y por sus hijos.
Amábamos a su padre, fue un buen hombre, viajamos juntos.
Le gustaba adelantarse al presente gracias a sus libros de exploradores, mapas, guías y planos. Viajaba desde el salón de su casa, meses antes del taxi al aeropuerto.
Fue increíble, nuestro road to California.
Pero no podemos tampoco ir de buenos y darles a todos ellos, pobres negritos, una educación: porque un día nos encontraremos junto a ellos, tirados en la calle, y no puede ser. Cada día viviremos peor.
Debería sentar su cabeza antes de que sea demasiado tarde, que ya no es una niña.
Debería haber obedecido, escuchado a sus padres, haber seguido por la vereda, porque si se hubiera quedado junto al clan…ahora lo tendría todo, como lo tienen mis hijos que no paran de gastar…Pero prefirió hacer lo que le dió la gana y prefirió improvisar, y ahora lo está pagando.
Pobrecita, lo que ha retrocedido…
– a la sociedad como mi madre.
Una respuesta a “Compasión”