Hasta que los pueblos unidos mexicanos se levanten en armas contra sus gobiernos, policías y jueces mafiosos, criminales, corruptos; sólo entonces seguirán las víctimas poblando de fosas comunes las tierras comunitarias de las tribus originarias, pero entonces, habrá una llama viva, la que cuidan los maestros en cada niño, en cada escuela.
Hasta entonces habrá esperanza.