Twee Rivieren_ Part 1

Cuentan que en el ORIGEN,

en el inicio de todo, los árboles gozaban de abundancia de hojas y flores, y daban frutos dulces y constantes, por manojos, desbocados.

Cubrían de sombra los hogares itinerantes del pueblo San, que vivía libre al amparo de la Naturaleza, a veces generosa. Cazadores antes que agricultores, pero cazadores justo lo necesario para la supervivencia, no eran días de ahorro, sino más bien de escasez, austeridad, pobreza. No había espacio para el futuro, familias cobijadas en tribus, entre leones negros, a lo largo y ancho de miles de kilómetros de tierra fértil, en África.

Pero eran días de pasión, épocas en que las nubes se agachaban con suavidad, cortesía y deleite, cuando los árboles se estiraban. Los jóvenes llegaban a medir hasta diez metros en busca de intimidad, cuando los encuentros atardecían, para consumar un idilio más antiguo que el de cualquier mujer con hombre, o viceversa, simio o pez, aquel amor que se contaban de abuelos a nietos, verbalmente, de padres a hijxs a lo largo de generaciones de narraciones frente a un fuego amigo.

Compañero, necesario, bajo las estrellas.

Tambores, mantas tejidas a mano por las mujeres, tierra en el cuerpo, arena roja, pinturas, tatuajes. Cerdos salvajes desangrándose para la cena, lentamente, luces de estrellas fugaces y grasas vertidas sobre las piedras, ramas partidas, ceniza y ladridos de perros. Aullidos. Todo se mezclaba para acompañar a la noche, y todo se aprovechaba. Todo el calor…

De aquellos roces constantes, de las idas y venidas en vertical, de la atmósfera, a las raíces de Nuestra Madre tierra, de su ternura- que se pensó, sería eterna- nacieron dos ríos:

Auob y Nossob, hermanos.

-¿De nubes embarazadas?, pregunté.

Sí. Así nos lo expresa el viento del desierto y algunas palabras olvidadas por sus antiguos moradores, en las tierras altas del río Orange. Hoy, con caudal insuficiente. Como en un torbellino, como en un mantra Khoisánida:

Frondosas orillas, caer en desgracia, antes de la llegada de los granjeros de color.

Las nubes caprichosas dejaron de ser fecundas (el desamor forma parte del amor, dirán los budistas). Y semejantes desavenencias comenzaron poco a poco, sin que haya una constancia: un aviso por telegrama, una queja histórica, una carta a Roma…que nos explique por qué se suceden determinadas cosas en la naturaleza de las cosas determinadas, a pesar de los Griegos y de la Filosofía. Simplemente, todo fue cambiando de color, y de textura

Y de vida.

No hubo pócimas en las farmacias, pero sí se sucedieron una serie de «pruebas», hubo sobornos a Dioses y Científicos, hubo música, bailes, alcohol, setas y ruegos. Algunos dentro de «Iglesias», otros en cuevas apartadas con cuernos de Ñu, por si acaso «Alguien» de entre todxs ellxs, con mayúscula, era en MAXIMO RESPONSABLE.

Cabezas de animales feroces, los brazos de los guerreros más fuertes. Sacrificios. Maneras ciegas para someter los caminos de las nubes a la voluntad de la clase dominante. Continuara!

Sudafrica_Sountrack

Playa de Durban

SUDAFRICA

Así dice aquel post que escribí sobre nuestro viaje al Continente Africano.

¿Verdad? Puede que me repita como cada historia del abuelo y no recuerde si exactamente fue así, me falta la mecedora: luego nos encontramos la foto de Durban, rebuscando entre las «CPUs», de regreso en Madrid.

¿Ya te lo habíamos contado? Otra vez lo perdíamos todo cuando nos robaron un disco duro externo que le habíamos dejado a un pana para repararlo, porque ya teníamos archivos dañados. Y recién comenzábamos el viaje y no teníamos dinero….En Barcelona se fraguaron las calamidades y los propo-sueños de flipados. Pero con todo lo que significaron aquellas pérdidas materiales: el trabajo, la casa, nuestras cosas de casa, ropa…cuadros, fotos, sonajeros. Otra vez era un renacer, porque fue en aquellos momentos cuando decidimos crear este blog, ¿verdad? por si todo se nos iba a la mierda, otra vez, pero conseguíamos conectarnos a internet, vía wifi…

y por si se nos olvida y nos creemos que no podemos mandarlo todo a la mierda, o irnos así no más, en otra crisis. Sí, como los mensajes en las botellas de cristal, en la mitad de un Océano, al futuro.

Otra crisis.

Pero no es verdad.

No sólo tenemos dos fotos de aquel viaje y un relato mecanografiado con mi antigua máquina de escribir; objetos «paletizados» entre otros objetos, abandonados o vendidos o destrozados en el Puerto de Veracruz, o a custodia de los Zetas, por decir algo…sino que tenemos la capacidad de crear, de imaginar y de soñar, a través de las letras, de las palabras que curan, y a través de los sonidos del amor. Y queremos compartirlo y proponer: os invitamos a disfrutar de nuestro viaje a Sudáfrica con los temas que nos quedaron, y además, en el primer post hay unos links sobre los Drakensberg, rutas entre monos que inspiraron mi relato.

Es un destino fascinante!. De verdad.

Ojalá podamos regresar mil veces!!!

Esto es un primer paso

CAMINAR Y ESCUCHAR

y vivir con lo puesto.