La Relación Cuerpo-Mente: Sanar el Estrés a Través de la Meditación

Lo importante que es la relación con nuestro cuerpo. Identificar, de entre los 8 Dharmas mundanos, el par: placer y dolor, en el cuerpo.

Meditando (a diario) en la primera fase de relajación

Contexto: Sanar el Estrés en el cuerpo.

Observando mis múltiples rechazos: sobrecargas en cuello y piernas, pies, tobillos y caderas. Pongo toda mi atención para atender a cada dolorcito, también al nuevo punzante de la muela derecha.

Me distraigo y me enfoco (una vez y otra vez), comienzo con la respiración en la nariz, que me da la bienvenida al presente del sonido del teclado de este ordenador.

Encima del labio superior, todavía no he llegado tan sutil,

dentro y fuera, si.

Mi primer objeto meditativo y cómo mejorar nuestra relación.

Me siento como un acordeón: me inflo y comienzo con la prospección tridimensional de mi cuerpo. Algunos olores y ruidos en la calle ayudan (pero a la vez distraen).

En último lugar dependerá de mi, de nuestras prácticas diarias:

Han aparecido las primeras flores en el jazmín, pero creo que se abren por la noche. Tengo la intuición y busco el olor por toda la habitación. Me incho y agacho el mentón.

Mi cuerpo sigue rígido.

Hoy ha entrado una paloma por la ventana y ha recorrido el salón.

17 pasos de un lado al otro de la casa. Un lugar muy pequeño y ruidoso. Las golondrinas no paran de gritar por encima de los autobuses turísticos.

Bien. Mejor. Que todo sirva para esta práctica…también la adversidad y la oscuridad. Así es como puedo permanecer presente; causas y condiciones.

Estoy en paz. Oscilo como un péndulo: afuera y adentro. Me pierdo en muchos momentos, distraída, detalles.

Me he subido a una de las motos que están ahora en el Guinardó. Y cuento los vestidos de verano que ya veo a algunas mujeres en la parada del autobús: blancos, cortos y largos.

El cuerpo me ayuda a regresar. Mi respiración me ayuda a regresar, mi dolor de espalda me ayuda a regresar. Y agradezco, en vez de gimotear.

Tomo conciencia de cómo mi sistema nervioso llegó al blackout. Ayudo a nuestra relación: regreso y te amo incondicionalmente: Especialmente cuando dueles y me paras.

Aceptar el cambio y oscilar: fluir por el camino y regresar.

Tratarnos con ternura y compasión. Hay mucho que puedo cambiar en mi diario, en mis contextos y actuaciones: en mis pensamientos y palabras y también en mis motivaciones,para sanar el estrés del sistema nervioso desregulado. La oscuridad en la forma de dolor corporal,es una advertencia que debemos atender con cierta calma y urgencia.

Pero si lo hacemos desde el miedo, tendremos además una contractura. Buscaremos alivios inmediatos, en vez de remedios para mejorar el origen: causas y condiciones internas. Medicamentos y drogas que nos ayuden a mitigar. O distracciones para mirar en la otra dirección.

Una vez que nos entrenamos a diario para regresar (una vez y otra) a la respiración: en la parte superior del labio y con mentón agachado…A atender a mi vértebra Atlas: ¿cómo estás?

Adquiriendo una cierta estabilidad y libertad, desde la calma. Y un café por las mañanas. Aceptando y soltando, deshaciendo y liberando nudos, con mucha luz, paciencia y amor.

Expandiendo: mente y cuello a la vez.

El diario es muy exigente. Tantas actividades… Exige mucha práctica. Hoy es 1 de mayo: elegimos el mandala básico, borramos pares de Dharmas mundanos. Y elegimos qué hacer, qué pensar, qué ser, con lo que atendemos y cuidamos. Encontrando la medida justa, con alegría.

Conectarnos con nuestro dolor

meditando,

relajando el cuerpo…

Es una expresión de amor bondadoso.

Una expresión de cuidado.

Si no aprendemos a sanarnos,

¿cómo vamos a poder ayudar?

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