Primero fue la cama, cada cual en la suya, arriba y abajo, ellos y nosotros. Y luego, separados. Primero fue la cama, mucho tiempo después del colchón que iba y venía del salón a la única habitación de la casa vieja. Humedad por las paredes después de las tormentas, precariedad y temblores, sacudidas de las ventanas…Vulnerabilidad e inestabilidad a lo largo y ancho de los renglones. Escalones, gritos, lamentos y también adaptación: capaces de superarnos!, y mejorarnos in extremis, sufriendo. Aprendimos a vibrar al unísono sin agotarnos, respiramos a la vez y alcanzamos un tiempo que nos pertenece para la creación. Así nomás. Empapados de nuestros sueños, por los rincones nos encontramos para hacer el amor… Tan beautiful.
Dícese de quien, siendo una persona, es propiedad de otras personas. Porque si es animal y pertenece a una persona, entonces es «mascota» o «animal de compañía».
Porque hoy es sábado, día especial en el cosmos. El sol había llegado tras una noche larga, y un verano frío. «Red moon night» o «lluna vermella». Tras el velo de cenizas, tras la sombra, la luz. Lo predijeron muchos de nuestros antepasados. Sobrevivimos y lo celebramos. Y la madre y sus hijos siguen saludando al sol, entre risas. Los esclavos forman parte del pasado. Ya no hay personas que posean personas. Murieron en las guerras y sus fortunas se hundieron en el fondo del mar. Ni tráfico de personas, ni prisioneros a oscuras, ni cadenas a muros… Ni domingos.
Tenemos una Historia de genocidios, VERDAD. Y guardianes: rastreadores en masculino, como el lenguaje que estamos utilizando, una mención aparte al euskera, porque existe una HISTORIA donde los personajes son puros penes.
Pero NO es verdad, son también hijas. Chicos y chicas.
La madre se había preparado el café en una taza, sin reparar en el sexo de las cosas, como si éstas fueran neutras en nuestros pensamientos, y simplemente constataba que no había más papel higiénico. Pero sin tanta suerte, o sí, muchísima, habían llegado a una ciudad donde el comercio abre sus puertas, incansablemente. «Irresponsablemente», según la versión de algunas economistas menospreciadas por su propia cultura.
Ajenas a ella. Habitaban una meseta interior, dentro de una estructura económica «de mercado», «imperialista» según la llamaban algunos «Señores Masculinos», sin tapujos.
¿Los Señores de nuestra Historia?
¿Quiénes son?
Según,
temerariamente, los responsables de un trozo de nuestras conciencias, de un lado de nuestros cerebros, de la mitad de nuestras vidas. Y también los necios.
Yaan sí que era pura abundancia, de VERDAD. Y todo lo quería. Pronto experimentaría el renacer de su conciencia, y la madre, lo vería. Ojalá. La madre viviría eternamente para la misión que nació de la repetición, exhausta. Abonaría el terreno con las manos, la tierra para sus florecillas. Con los dedos, los bolígrafos, los cuadernos y los teclados… Como herramientas, en marcha!, junto a los Señores de la Historia, describirán un mundo de reiteraciones. Y una mosca «cojonera» revoloteará a sus espaldas.
Saben con exactitud la hora en que la luna de ayer, se iba a teñir… Cuándo se iba a cubrir con un velo negro, y también sabían que éramos nosotros, nuestra propia existencia. Los responsables.
Qué Historia más buena. Y ¿cómo es eso?
Son la pura verga!
Sí…Yo ni sé.
Trataban de convencer con argumentos, de que no son tramposos, de que no son tan pequeños, de que son animales privilegiados de Dios, erguidos con títulos y leyes.
Pero no aceptan mi desafío.
Son un club selecto, con puertas y candados, algunos que sirven a intereses particulares…
La abundancia trepaba por sus caderas. Seguían saludando al sol, enérgicamente.
Ahora en plena ciudad, en aquellos tiempos extraordinarios donde no se veían a los libres por las calles. Sólo «free-goods» y moscas y lombrices, y arañas por los subsuelos. Estaban permitidos sólo los tamaños moderados y los so called «de compañía», «mascotas» (algunas nada tolerantes) con bozales, atadas a sus dueños. A partir de 10 kilos no podían viajar en los trenes de pasajeros.
Las madres aprisionaban por el cuello a sus hijos; les amarraban para no molestar a otras comadres que les maldecían si no recogían las cacas de los esclavos. Si, existían las demandas y las leyes entre los hombres, escritas por los hombres, y no pasaba nada, al compás de la banda sonora: Thats the way, i like it.
¿Porque es justo?.
Porque es de acuerdo a Derecho.
He aquí la fotografía de nuestros tiempos; los que vivimos de la mano, por el camino. Cuestionando: ¿Away from slavery?
Caminaron mucho durante 7 días sin parar por las cordilleras de Lesotho. Fueron los primeros pasos, los del primer par necesario. Y un poco después, de la barriga de la mujer nació la abundancia con cabeza de berenjena, del segundo par, el segundo de los varones, el elegido…Y caminaron mucho por donde el águila se encontraba a la serpiente encima de un nopal sobre la laguna, la ciudad marcada con una x en los mapas de sus libretas de viajes: atravesaron las autopistas en horas punta hasta donde habitan las ardillas, justo cuando el primero de la cuarta generación d’Amadores decidía sus propios pasos, chistosos pasos de rumba entre la gente que va y viene…Caminaron lo más lejos que les llevaron sus PROPOSUEÑOS, a escasa velocidad, agarraditos de la abundancia. Acumularon lo que les cupo entre sus manos y crecieron para tener más manos, bordeando las orillas; Y más primos y más hembras. Y después, entre los libros de las estanterías de la biblioteca de la primera planta de la casa del abuelo, hasta un sofá de dos plazas duras en aquella habitación sombría donde ocuparon tres maletas abiertas. Atravesando el horizonte, aquel día decidieron lo insólito! El desafío de la transformación de solteros citadinos rodeados de individuos bajo tierra, a familias nómadas con arcos y jarras para la caza y las moneditas, una aventura de sedentarios a nómadas. Yo me encomiendo a tí, virgen de las andanzas!, susurraron mientras el primer caballito de MEZCAL añejo. Y a la vez, se besaron, una vez más, una última?…Caminaron la locura de crecer hasta el segundo par, completamente innecesario. 9 lunas después, entre mantas, bordeaban la otra orilla, saltaban rocas cuando todo se hizo lo más pequeño que nunca imaginaron, del tamaño de una cuadra por la sombra, la distancia corta del airecito del ventilador rotatorio en movimiento, de la silla de la abuela al agua de sandía que se enfría en el refrigerador. Llegaron al lugar! , pero…con un bebé entre sus brazos prosiguieron el camino, por delante de sus pasos. Salieron de la casa, los perros corrieron a por las bolsas de basura mordidas de los vecinos, expandieron sus desperdicios, ensuciando las calles del fraccionamiento, hacia el mejor de los mundos posibles para dos burgueses, come mierda de ciudades. Gritos y más gritos desde las palapas de la plaza por los caminos de piedra hasta la rotonda donde la parada del colectivo.
¿Que mis sueños no tengan que ver con alcanzar un estatus social es lo que me reclamas, me criticas?. No te entiendo. Me lo dices con mucha frecuencia, cuando me señalas. ¿Lo que somos como familia está en guerra con lo que me enseñaste? Y te entristeces. Pues sinceramente, estas preguntas que no son las tuyas, no te las puedo contestar yo.
No tengo idea de la intención que os llevó a alimentar nuestras carreras profesionales. Ir a la Universidad era nuestra obligación, incuestionable, lo que haría que tuviéramos una vida mejor, y lo dimos por supuesto. No es hasta ahorita que me cuestiono si también era una elección materialista, como el coche o la lavadora, la ropa o la comida, con vistas sólo a mejorar en la escalera, subir, crecer, triunfar, ganar mucho dinero. Un arma de doble filo, parece que fue lo de viajar al extranjero con una beca, o una de destrucción masiva, porque aquel momento vital mío, parece ser la frontera. Lo que para mí fue la primera experiencia emancipadora, para ti, por lo que me tú me explicas, sólo tuvo que ver con los números rojos de tus tarjetas.
Y así hablamos los poetas contra los muros del capitalismo.
Lo que es complicado es construir alas para volar, enseñar a volar, disfrutar de las vistas y del riesgo, con el viento a favor; y seguir pensando como un caracol. Si existió un plan para mi y fracasó conmigo porque no he conseguido llegar a un punto y coma, o a un punto y seguido…puntos suspensivos, porque no me rodeo de tus comodidades ni acudo a tus médicos, porque soy una perdedora, porque cuando te pido ayuda tengo que escuchar que no sé atender bien a mis hijos, y bajo la cabeza para recibir de ti dinero. Cuando me hablas a la ligera sobre abandonar a mis perros, que ya es «no entender nada», pero por «no querer escuchar», por no saber amar de otra manera, por tantas otras fronteras y prejuicios, cuando nos señalas como familia y me regañas para que tus nietos no caminen a cuatro patas, como mis hijos, te recuerdo:
-Era vuestro plan, tu plan.
«Quien diga que me quiere, que me lea bien».
La razón material se impuso a golpes a ¿la sinrazón, la pasión, la imaginación, la afección?La comodidad mató a la ética y el estatus acosa a la solidaridad, eso me temo. La guerra a la paz. Yo me pregunto: ¿tenemos inquietudes?, ¿utopías?, ¿obligaciones?, ¿compromisos?, ¿responsabilidades?, o sólo drogas y teléfonos y bolsos y llaves y documentos…y yoga!
«Nuestro compromiso es gerundio, somos práctica y somos vida»- A la sociedad como mi madre.
Sí puede ser que se esté formando un núcleo o WÍNKILIL.
Nuestras vísceras o maneras pensantes, coincidencias dentro del armazón o cuerpo, en los mismos espacios, dentro de las conversas, alrededor de la mesa del café, de los platos sucios, por familias o por separado, giramos adultos y niños en una danza mágica donde el Gandhi! entorno a la máquina de coser, como vampiros a la mesa de visita en visita, cambiamos las cosas de lugar para dormir y barremos las energías gracias a Lucas y a La Negra, varias veces en un día, entorno a los fogones, fabricamos «miel como las abejas» para endulzar el café y derretimos el queso para las quesadillas.
el amor y la esperanza en nuestras mochilas, la comida
el miedo a nuestras espaldas…
-NOS PERSIGUE EL MIEDO-
De sedentarios nos convertimos en nómadas
como propósito,
y TAMBIÉN en el camino,
con cada huella
hasta donde un día construyeron una civilización
los mayas
sobre el acantilado,
frente al horizonte donde nuestras miradas
se pierden
una cosa después de la otra,
encadenamos contextos
decisiones horribles,
discusiones y desapegos en el camino:
nada es sencillo cuando se vive, luego es más fácil cuando se cuenta
en movimiento, detrás de nuestros pasos.
Todo.
Y Todos.
Los que se acostaron «apretaditos» junto a nosotros
la familia que elegimos
cuando anochece para buscar la luna
y mirar a las estrellas
desde San Cristóbal de las Casas,
desde Oventik,
gracias a los «compas» zapatistas
fue una cuestión de hacia dónde mirar:
de objetivos, de rebeldías
y de resistencias
seguimos, a pesar de la enfermedad.
Aprendemos a atravesar las selvas del infierno verde,
hasta los cenotes.
PD: Yaan
Casi tres años después comprábamos un diccionario en el aeropuerto de Cancún, mientras esperábamos un vuelo para regresar a Veracruz, y buscábamos el significado de tu nombre: